Ortodoncia de verdad

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Responsabilidad


ORTODONCIA: RESPONSABILIDAD COMO CUALQUIER OTRO TRATAMIENTO





¿Alguna vez se ha preguntado si su odontólogo está debidamente calificado para hacer un tratamiento de ortodoncia delicado para su salud dental actual y futura? ¿Cómo se sentiría usted si descubre que quien le practica un tratamiento de ortodoncia a su hijo no es idóneo y va por el camino equivocado después de usted gastar mucho dinero y años de tratamiento?





Estas preguntas son recurrentes a la hora de examinar la calidad de algunos tratamientos de ortodoncia. Y es un motivo de alarma y preocupación para la sociedad actual que ve en este hecho un fenómeno light y comercial, en muchas ocasiones sin responsabilidad alguna del profesional con el paciente ni con su familia, debido a la proliferación de artificios y espejismos que ofrece el comercio de brackets, supuestamente "inteligentes", y alambres invisibles, que pretenden mostrar, de manera fácil, lo que en la realidad clínica es difícil y complejo.





Si se hace una analogía de la ortodoncia con otras áreas del conocimiento, qué ocurriría en cirugía cardiovascular o neurocirugía si la vida del paciente dependiera de la "inteligencia", el precio, la marca, la forma, el tamaño y el color del bisturí, y no de la formación, el conocimiento, la experiencia, la destreza, la habilidad y el esfuerzo del cirujano para hacer la intervención quirúrgica. Se entiende que el paciente le da al profesional, en forma tácita, la confianza para elegir las herramientas de trabajo que él crea más eficientes para lograr un resultado responsable y exitoso. El odontólogo, al igual que el cirujano, tiene la misma responsabilidad: saber lo que hace y entregar siempre resultados consistentes y de muy buena calidad, ya que el paciente no espera otra cosa. Antes se pensaba que la calidad de un tratamiento de ortodoncia era un valor agregado con el cual el odontólogo podía mercadear el servicio. Hoy se entiende y se sostiene por la ley que la calidad es un derecho adquirido y no negociable al cual el paciente tiene derecho.





Los tratamientos de ortodoncia definitivamente no son los brackets ni los alambres, así como el bisturí no es el cirujano. La ortodoncia es un tratamiento serio y complejo que debe hacer un odontólogo inteligente y responsable con gran conocimiento en áreas fundamentales como el diagnóstico, la genética, la farmacología, la anatomía, la histología, la fisiología, la biología del movimiento dental, la biología celular y molecular, y la física y la mecánica como elementos fundamentales en el diseño y la aplicación de los principios clínicos que gobiernan el movimiento dental.





Sería muy peligroso para la odontología, y sobre todo para la sociedad, permitir el deterioro franco y continuo de una especialidad como la ortodoncia, al darle licencia a las compañías comerciales y a las clínicas para vender, sin ningún escrúpulo económico, la idea ligera de cómo se verán los aparatos en la boca del paciente y el de trasladar la inteligencia del profesional a los brackets y alambres que vende. Se olvidan por completo los procesos intelectuales propios de un odontólogo bien formado en las áreas básicas del conocimiento. Hay que entender, en forma clara, que todos los pacientes son distintos, tienen diagnósticos específicos y deben tener un plan de tratamiento individual. Es necesario un profesional capacitado que haga una elección inteligente de las herramientas específicas para cada corrección.





La ortodoncia es una especialidad seria de la odontología y debe servir para la corrección de las anomalías en la función masticatoria. Es definitivamente más importante el resultado funcional de la oclusión dental para una buena masticación y preparación del bolo alimenticio para una buena digestión y nutrición que la apariencia cosmética de los brackets y los alambres. Es necesario evitar el impulso al fenómeno light de alguna parte de la sociedad actual que promulga, erróneamente, que los brackets son los "inteligentes", ya que le permitirían a cualquier odontólogo, en forma errónea, tratar a sus pacientes de la misma manera sin tener una formación científica en el área y sin hacer procesos intelectuales necesarios para diseñar un plan de tratamiento adecuado y certero para cada paciente.





Publicado en el Colombiano por:
Dr. Gonzalo Alonso Uribe Restrepo
Odontólogo, Maestría en Ortodoncia y Ortopedia Maxilofacial





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